¡EL HCU APRUEBA LAS AUDIENCIAS DE SUBSANACIÓN!

 

La movilización de los comensales. Los bloqueos y la huelga de hambre que realizaron.

¡ESTA CONQUISTA ES FRUTO DE LA HUELGA DE HAMBRE Y LA MOVILIZACIÓN DE LOS COMENSALES, NO UN FAVOR DE LOS CONSEJEROS NI DE LAS AUTORIDADES!

El jueves 11 de septiembre del presente año se llevó a cabo la sesión del Honorable Consejo Universitario (HCU) con un orden del día en el que no figuraba el tema del comedor, la solicitud de audiencias de subsanación ni la publicación de las listas de las madres comensales. Sin embargo, gracias a la presión de la huelga de hambre y la movilización de los estudiantes, se incorporó el punto en el orden del día. Y luego logró que el HCU aprobara las audiencias de subsanación con 19 votos a favor y 15 en contra. 

Es la acción directa y la movilización lo que hizo respetar las audiencias de subsanación. No fue un regalo de las autoridades ni un favor de los dirigentes estudiantiles.

Durante la sesión se ratificó quién es el verdadero enemigo de los comensales: el director de la DUBE, Marco Montesinos, un soberbio y prepotente que, desconociendo el reglamento del comedor y la ley 2341, se negó a garantizar las audiencias de subsanación. Como perro rabioso incapaz de convencer con argumentos, recurrió a la mentira y a la amenaza, diciendo que las audiencias “iban contra el reglamento” e incluso advirtiendo de procesos por la Contraloría a quienes las aprobaran. Pero en el fondo, lo que defendía era su política antiestudiantil: la masacre blanca en el comedor, destinada a impedir que el presupuesto se ejecute en alimentación y luego desviarlos para cubrir el déficit presupuestario.

Sus falsos argumentos fueron utilizados por los decanos y docentes enemigos de los estudiantes, que votaron en contra de la subsanación (15 votos). Pero al final, sus pataleos no sirvieron de nada. La huelga de hambre y la movilización de los comensales presionaron a los dirigentes estudiantiles desde los Degenerados y Fraudulentos Z de la FUL hasta los Consejeros Estudiantiles, obligándolos a cerrar filas y votar a favor con 19 votos. No porque quisieran, sino porque la demanda de los comensales contaba con el apoyo de estudiantes, docentes y administrativos, lo que empujó a las autoridades a resolver el conflicto antes de que se generalizara.

Y esa es la gran lección: la acción directa ya no es condenada como antes, sino que recibió solidaridad y respaldo. Es un cambio en el ánimo de los estudiantes, que hemos dejado de quejarnos para tomar la solución en nuestras manos.  Que hemos superado los métodos inútiles de los politiqueros que durante años redujeron la lucha a cartas y reuniones estériles. Hoy la base estudiantil comprendió que solo la acción directa garantiza el respeto de nuestros derechos. Es el instrumento para recuperar el cogobierno y el poder estudiantil.