miércoles, 1 de abril de 2020

EL GOBIERNO INYECTA RECURSOS A LA BANCA PRIVADA CON LOS AHORROS DE LOS TRABAJADORES

La burocracia sindical traidora es cómplice de que la banca privada y los chupasangres de la empresa privada lucren con los ahorros individuales de los trabajadores. Las sabandijas logran millonarias ganancias y pagan intereses miserables a las AFPs.

Se informa que el BCB compra bonos de las AFPs por un valor de 3.476 millones de bolivianos, dinero que será depositado en las cuentas de los bancos privados del país para que éstos, a su vez, puedan realizar préstamos a empresas productivas o a personas particulares.

¿Por qué semejante operación? La explicación está en que los bancos tienen una limitada disponibilidad de liquidez para realizar sus préstamos, sólo cuentan con el 10 % de la masa monetaria que manejan porque las restantes 90 % son de los clientes que realizan sus depósitos. Lo que el gobierno busca es aumentar la capacidad de préstamo de los bancos inyectando en sus cuentas esos 3.476 millones de Bs.. De esta manera garantizarles mayores posibilidades de ganancia y aumentar circulante en el mercado interno.

Esta operación que hacen las AFPs no es nada extraordinario, obedece a la lógica de la capitalización individual del sistema de rentas imperante en el país. Los ahorros individuales de los trabajadores, según las Leyes 1732 gonista y la 065 masista, deben ser inyectados --en forma de préstamos o inversiones productivas-- al torrente financiero para que puedan generar utilidades con la finalidad de garantizar el pago normal de las rentas durante la vida del jubilado y de sus derecho-habientes.

Los trotskistas, desde el principio, nos opusimos tenazmente a la implantación de la capitalización individual, denunciamos que se trataba de la destrucción de la seguridad social a largo plazo y tenía la finalidad de liberar al Estado burgués y a la empresa privada de su obligación de financiar las rentas de sus dependientes. Cuando el gobierno del MAS aprobó y promulgo la Ley 065 realizamos grandes movilizaciones denunciando que se trataba de remachar la ley gonista 1732.

La burocracia salió contra las movilizaciones del magisterio para defender la ley masista, la calificó de “revolucionaria” porque consideraban que se retornaba al principio de la solidaridad sin que el Estado y el patrón pusieran un solo centavo para conformar el llamado “fondo solidario”, fondo que debiera acumularse con el descuento del 0.5 % a los miserables sueldos de los trabajadores.

Por otra parte, la burocracia sindical guardó silencio cómplice cuando Evo Morales comprometió los ahorros de los trabajadores para realizar préstamos a los agroindustriales del Oriente para que puedan hacer grandes inversiones y amasar fortunas pagando miserables intereses a las AFPs.

Los dirigentes sindicales de la COB, de la FSTMB y de la totalidad de las confederaciones y federaciones nacionales de los otros sectores son doblemente traidores, primero por haber avalado con su silencio la promulgación de la 1732 y por haber apoyado francamente la 065. En ambas disposiciones legales está eso de que los ahorros de los trabajadores pueden ser usados por los chupasangres empresarios privados y por el Estado burgués.

Debemos rechazar enérgicamente a los cínicos como Orlando Gutiérrez de la FSTMB que, en una entrevista con una red de emisoras masistas (Radios Bartolina Sisa y Causachun Coca), ha dicho que la determinación del gobierno de Yánez de destinar 3.476 millones de bolivianos de las AFPs para préstamos en favor de los empresarios privados, es una “medida neoliberal”. Pasando de revolucionario este traidor se toma la libertad de hablar en nombre de todos los explotados de este país. Todos estos proxenetas del gobierno burgués del MAS deben llevar grabada en la frente la historia de sus traiciones para no seguir engañando a los trabajadores y al país.

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